Tuesday, February 12, 2008

Insultan créditos a pobreza

Señala BusinessWeek que los bancos comerciales mexicanos imponen a los solicitantes de bajos ingresos tasas anuales de 90 por ciento, este señores, es el México ganador de Fecal, el de sus amigos los pillos...

REFORMA / Staff

Ciudad de México.- Durante tres décadas, el microcrédito fue visto como una herramienta de desarrollo económico sin fines de lucro, pero ahora a las personas pobres de países como México se les cargan tasas de interés que usuarios de países desarrollados considerarían ofensivas, refiere en un reciente artículo la revista BusinessWeek.

Expone el gran negocio que representa para instituciones financieras de diversos países, entre ellas Banco Azteca y Compartamos, como casos de México, otorgar a los pobres pequeños préstamos con altas tasas de interés que embolsan a sus accionistas jugosos beneficios.

Señala que sin límites legales sobre los niveles de los réditos y poca supervisión oficial, los bancos comerciales mexicanos imponen a los solicitantes de bajos ingresos tasas anuales de 90 por ciento.

Cita a una familia Arana. Dice que ésta no es más que un archivo de tantos que están en el centro de cómputo del Banco Azteca, pero encierra una historia de lucha por sobresalir, ya que actualmente tienen que vender su casa para pagar deudas.

Relata que Adrián Arana Sánchez, su esposa Francisca y su extensa familia, quienes residen en San Martín Texmelucan, Puebla, toman cualquier trabajo que puedan encontrar, agregando unos pocos pesos de aquí y de allá, ya que él perdió en julio su trabajo de 800 pesos semanales consistente en entregar refrescos a tiendas.

Luego, apunta BusinessWeek que decididos a emprender un negocio que les diera mayor estabilidad, después de varios intentos fallidos con créditos otorgados por Banco Azteca que pagaron en exceso, los Arana solicitaron otro más amplio por 14 mil pesos a 18 meses con una tasa de interés anual de 90 por ciento.

Con él, compraron marcos para retratos, juguetes y cosméticos baratos para vender en su casa, señala la revista.

Pero el negocio fracasó al ser cerradas dos empresas textiles en el área en donde vivían, dejando a miles de trabajadores sin empleo.

Por ello se quedaron sin clientes potenciales que compraran sus productos, por lo que al poco tiempo de perder su empleo de repartidor de refrescos, Adrián dejó de pagar las mensualidades del crédito.

Dice que el cobrador de Banco Azteca no se hizo esperar al acumular el crédito intereses moratorios, por lo que desesperado, Adrián pidió prestado a un agiotista 2 mil pesos al 10 por ciento mensual, pero ya sin dinero para pagarle ni a uno ni a otro.

Así, con el temor de que el banco embargara sus pertenencias, resolvió poner en venta su vivienda.

BusinessWeek refiere que Banco Azteca contribuye con un quinto de los 50 mil millones de pesos de su controladora en ingresos anuales; presume de contar con una cartera de 20 mil millones de pesos y un saludable 22.3 por ciento de retorno de capital a sus accionistas.

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